La Intendencia de Canelones y el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial dieron cierre al proyecto de regularización del barrio Nueva Esperanza de Solymar norte, donde se vienen realizando importantes obras de consolidación barrial mediante un convenio firmado por el Gobierno Departamental y el ministerio. Se trata de una zona habitada por unas 155 familias, con más de 500 personas (muchas de ellas niñas y niños) que está ubicada en el kilómetro 26 de la Ruta Interbalnearia General Líber Seregni, Ciudad de la Costa.

El acto protocolar tuvo lugar en el salón comunal de la Asociación Civil Nueva Esperanza. En la ocasión, y luego de realizar una recorrida por el barrio para observar los resultados, estuvo presente el Intendente de Canelones, Prof. Yamandú Orsi, acompañado por el Director General de la Agencia de Vivienda y Convivencia Ciudadana, Rodrigo Amengual, además de otros directores y directoras del Gobierno Departamental. El Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial estuvo representado por el ministro Raúl Lozano Bonet y algunos de sus principales asesores técnicos, mientras que por el municipio local acudieron la Alcaldesa, Mtra. Sonia Misirián, e integrantes del concejo municipal.

Desde hace más de una década, la Intendencia de Canelones a través de sus distintas direcciones viene impulsando y articulando diversas acciones para la realización del proyecto junto al Programa de Mejoramiento de Barrios del PMB/MVOT. En el año 2021 comenzaron las obras de construcción de viviendas e infraestructuras urbanas cuyo objetivo fue mejorar integralmente las condiciones de vida de las familias y fortalecer la acción colectiva. En total, se construyeron 19 viviendas en el barrio y se reubicaron cinco familias fuera de la zona a través del Programa de Compra de Vivienda Usada del MVOT.

El Ministro Lozano dijo que se trató de “un día de alegría”, debido a que “estamos haciendo la clausura del trabajo realizado por el programa de mejoramiento de los barrios donde se ve un Gobierno Nacional presente y un Gobierno Departamental presente, tratando de solucionar la vida de aquellas familias más débiles”.

Amengual, en tanto, recordó que el proceso “comenzó en el Gobierno de Marcos Carámbula, con una demanda y la agrupación Nueva Esperanza organizándose para intentar regularizar y solucionar una situación de viviendas precarias y de dificultades en las infraestructuras que tenía el barrio. Ello implicó que Canelones se organizara, administrara la demanda, acordara con el Gobierno Nacional el financiamiento y pudiera comenzar las obras, que incluyeron viviendas nuevas, apertura de calles, derrumbe de algunas viviendas, mejora de casas precarias, pavimento, saneamiento, regularización de la luz y el agua, instalación de alumbrado, ampliación por parte de la Intendencia de infraestructura aledaña a la zona, el centro de barrio, una plaza de última generación con estaciones saludables, juegos infantiles y canchas. Un proyecto que termina cerrando una integralidad de la vivienda con la convivencia en los espacios públicos”.

Por su parte, el Intendente Orsi afirmó que “fueron muchos años que llevamos trabajando acá, tratando de buscar la vuelta porque no es solo un tema de techo sino también de infraestructura. Son proyectos que llevan tiempo y requieren muchos recursos, mucho dinero. Poco importa quién pone más, quién pone menos, lo que importa es que la gente encuentre una solución. Hoy, cuando vos entrás y ves que hay viviendas mejores, pero además tenés calles como la gente, agarrás oxígeno como para seguir porque quiere decir que vamos por el buen camino”.

“La gente está feliz”

Rogelio Pedroso es el Presidente la Asociación Civil Nueva Esperanza (ACNE). Visiblemente emocionado señaló que el barrio está viviendo un momento muy especial ya que la regularización era “un anhelo por el que venimos luchando hace más de 25 años”. También aseguró que “la gente está muy contenta por tener el Centro de Barrio, tener las calles, la plaza y ahora el alumbrado público que se va a inaugurar. La gente siempre quiere un poquito más, pero nosotros de a poco pudimos llegar hasta acá”.

Judith, una vecina que lleva décadas en Nueva Esperanza, contó que “hemos trabajado mucho por el barrio. Nosotros cuando vinimos acá no teníamos calle, eran caminitos de pasto. Después se fue juntando dinero y traíamos camiones de balastro o de arena para armar las callecitas. Ahora tenemos el saneamiento, tenemos las calles de asfalto gracias a la Intendencia y al Ministerio de Vivienda”. Con una gran sonrisa, esta vecina dijo sentir “orgullo” al ver la transformación que el barrio ha alcanzado. “Tenemos una plaza, hubo gente a la que se le dio realojo y tiene su vivienda. Igual hay que seguir trabajando”, concluyó.